Alí Babá y los cuarenta ladrones
Hace mucho tiempo vivían en Oriente dos hermanos: Cassin y Alí Babá.
Un día, Alí Babá estaba en el bosque cuando vio que se acercaban cuarenta jinetes. Alí Babá se dio cuenta de que eran ladrones y se escondió.
El jefe de los cuarenta ladrones se paró delante de una montaña y gritó:
-¡Ábrete, Sésamo!
De pronto, una enorme roca se abrió y los ladrones entraron por el agujero.
Cuando los bandidos se marcharon, Alí Babá se acercó a la roca y gritó:
-¡Ábrete, Sésamo!
La roca se abrió y Alí Baba entro en la cueva. ¡Qué maravilla!
Los ladrones guardaban allí todo lo que robaba. Había cofres de oro, joyas y sedas pro todas partes. Alí Babá llenó cinco sacos de monedas de oro, los cargó en su burro y se marchó, pero antes cerró la cueva diciendo:
-¡Ciérrate, Sésamo!
Cuando Alí Babá llegó a su casa, comenzó a pesar el oro que había cogido. Su hermano Cassin lo vio y Alí Babá no tuvo más remedio que contarle lo sucedido.
Cassin no perdió el tiempo. Fue a la montaña, entró en la cueva y llenó cuatro sacos de monedas de oro. Pero cuando quiso salir de la cueva, Cassin gritó:¡
-Ábrete..., alcornoque!
Y nada, la roca no se movió. ¡Cassin ya no se acordaba de las palabras mágicas!
Intentó recordarlas durante mucho tiempo, tanto que... llegaron los ladrones y, al ver a Casin allí lo mataron.
Se hizo de noche, y Alí Babá, al ver que su hermano no volvía, decidió ir a buscarlo a la cueva. Allí encontró a su hermano
muerto y se lo llevó para enterrarlo.
Aquella misma noche, los cuarenta ladrones volvieron a la cueva y no encontraron al hombre que habían matado.
-El hombre al que matamos tenía un cómplice -dijo el jefe-. Tenemos que averiguar quién es y matralo antes de que se lleve nuestro tesoros.
Los cuarenta ladrones se fueron a la ciudad y allí encontraron a Alí Babá y a sus amigos enterrando al hombre que ellos habían matado.
Entonces, los ladrones decidieron deshcerse de Alí Babá.
-Mañana, yo iré disfrazado de comerciante y pediré posada en casa de Alí Babá -dijo el jefe de la banda-. Llevaré un cargamento de tinajas de aceite, pero dentro de cada tinaja irá uno de vosotros. Una vez en la casa, mataremos a Alí Babá cuando duerma.
Todo pasó como había previsto el jefe de los bandidos.
pero antes de acostarse, Alí babá bajo a la bodega a por un poco de aceite para su lámpara. Cuando se acercó a una de las tinajas, el ladrón que estaba dentro preguntó
-¿Ya es la hora?
Alí babá se acercó a las otras tinajas y en todas le preguntarón:
"¿ Ya es la hora?". Entonces, Alí babá se fue a la cocina y puso a hervir aceite. Cuando el aceite estaba hervido, lo echo en las tinajas y todos
los ladrones que estaban dentro murieron. El jefe de los ladrones
huyó en cuato se enteró, y nunca más se supo de él.
Ali Babá se apoderó de todos los tesoros que había en la cueva y vivió feliz muchos años.
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